Para producir sus piezas mecánicas, Maurice Lacroix utiliza movimientos de manufactura propia o calibres contemporáneos, todos manufacturados en Suiza. También se utilizan movimientos históricos, piezas clásicas, para las ediciones limitadas. Cada uno de estos movimientos base es cuidadosamente optimizado,
modificado y ensamblado con componentes de la más alta calidad, garantizando el perfecto funcionamiento del movimiento. La aplicación de un cuidadoso acabado aporta aún más fascinación a los mecanismos. La decoración del movimiento – por ejemplo con Côtes de Genève, engastes o ruedas chapados en oro,
componentes de acero pulido, un fino perlado o tornillos azulados – es montado a mano por especialistas experimentados ya que sólo la artesanía manual garantiza la calidad deseada. Los innovadores acabados, todavía raramente aplicados en la industria relojera, confieren a nuestros relojes su apariencia única e inconfundible.
Desde hace más de 30 años, los preciados relojes mecánicos de Maurice Lacroix son fabricados por maestros relojeros con precisión y perfección en nuestros propios talleres de Saignelégier.
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